Síndrome de West
El Síndrome de West se denomina también de los Espasmos Infantiles y pertenece al grupo de lo que se llama "Encefalopatías epilépticas catastróficas". Los espasmos infantiles son un tipo especial de ataque epiléptico, que afectan fundamentalmente a niños menores de un año de edad.
Se pueden distinguir dos grupos de pacientes:
- Sintomático: hay previamente signos de afección cerebral o por una causa conocida.
- Criptogénico: ausencia de signos de afección cerebral previa y causa desconocida
Causas
La causa de los espasmos infantiles es muy variada y casi siempre consecuencia de una lesión cerebral que puede ser estructural o metabólica. Existen otros casos cuya causa es desconocida llamados criptogénicos, pero estos van disminuyendo según avanzan las técnicas de diagnóstico y se puede conocer.
Se puede considerar que cualquier lesión en el encéfalo (parte del cerebro) que afecte al niño puede ser el desencadenante de un Síndrome de West: - Isquemia antes del nacimiento o, incluso, durante el mismo.
- Desórdenes dentro del útero, especialmente infecciones como la toxoplasmosis, la rubeola y los citomegalovirus.
- Disgenesia (desarrollo defectuoso) cerebrales.
- Desórdenes metabólicos: no es muy frecuente pero hay algunos casos relacionados.
- Otras causas de origen infeccioso, como el herpes
Los síntomas típicos son:
- Espasmos flexores, extensores y mixtos. Consisten en contracciones súbitas generalmente bilaterales y simétricas de los músculos del cuello, tronco y extremidades. La contracción más típica es la de flexión. La duración aproximada de cada episodio es aproximadamente de 2 a 10 segundos, durante la cual puede haber ausencia. Los espasmos pueden acompañarse de:
- Alteraciones respiratorias.
- Gritos.
- Rubor.
- Movimientos oculares.
- Sonrisa, muecas.
- Retraso psicomotor.